martes 17 de junio de 2025

❌🎶Prohibir no educa, censurar no transforma

❌🎶Prohibir no educa, censurar no transforma

 

✍️ María Jaramillo Alanís

En Tamaulipas, donde la violencia tiene raíces profundas, una diputada local ha decidido enfrentar el problema no con soluciones estructurales, sino con censura disfrazada de buena intención. Blanca Anzaldúa Nájera, legisladora de Morena, ha pedido prohibir los “corridos tumbados” en radio y televisión, porque —según ella— fomentan la violencia en la niñez.

No se equivoca al preocuparse por las niñas y los niños. Lo preocupante es cómo ha decidido abordarlo. Porque prohibir la música no es lo mismo que prevenir la violencia. Es confundir el reflejo con el origen.

La diputada no propone educación musical, pensamiento crítico ni programas culturales. No exige mejor presupuesto para escuelas o atención psicológica para menores expuestos a violencia doméstica. No. Prefiere pedir que se prohíba lo que le incomoda, aunque eso no resuelva nada.

Y además, se evita lo verdaderamente incómodo: hablar de lo que origina estos contenidos. La cultura del narcotráfico, el lavado de dinero en la industria musical, la narcofama que se construye desde disqueras y redes sociales con la complicidad de más de uno. Eso no lo toca. Eso da miedo. Eso no es popular decirlo en tribuna. Mejor prohibir una canción que pensar una solución.

Porque sí, diputada, prohibiendo no se acaba con lo que origina los corridos tumbados. Censurar no va a erradicar ni la impunidad, ni la desigualdad, ni la normalización de la violencia. Sólo nos hará más sordos ante una realidad que duele, pero que exige ser escuchada para poder cambiarla.

La cultura se transforma con más cultura. El pensamiento violento, con más pensamiento. Y un entorno sano para la niñez, con justicia social, no con controles remotos.

En el pasado, Blanca Anzaldúa Nájera fue más osada, más propositiva. Quizá solo le ha llegado la tarde. Y su salida personal prefiere llevarla en paz, en la tranquilidad de su mecedora, al lado de un buen plato de comida y una mesa donde nunca le falte nada.

Sea por Dios.

Los corridos tumbados no son el problema diputada, son el reflejo de una sociedad que en lo público prohíbe y en lo privado saca su 38 especial y le dispara a las estrellas.

Es cuánto…

Desde Mi Trinchera Vietnamita, más Janambre que nunca.