Agencias.- El presidente de Uganda ha promulgado una controvertida ley en contra de la comunidad LGBTIQ+, ya que castiga las relaciones homosexuales hasta con la pena de muerte.
El hecho de castigar hasta con la pena de muerte a quienes mantengan relaciones entre personas del mismo sexo, ha desatado una lluvia de críticas por parte de organizaciones humanitarias y gobiernos en occidente, esta controvertida ley ha sido calificada como una de las más represivas en el mundo.
La nueva ley contra las relaciones homosexuales, fue impulsada por el presidente de Uganda, Yoweri Museveni y establece la pena de muerte por la «homosexualidad agravada» para casos de relaciones sexuales que involucren a personas infectadas con VIH y menores.
«El presidente aprobó el proyecto de ley contra la homosexualidad 2023», se anunció en un breve comunicado a través de la cuenta de Twitter del mandatario.
Controvertida ley en Uganda penaliza hasta con pena de muerte a las relaciones homosexuales
La controvertida ley, que ha sido fustigada por la Organización de las Naciones Unidas y países como Estados Unidos, se aprobó desde el pasado 21 de marzo de 2023 en el Parlamento y fue defendida por legisladores que argumentaron que dichas medidas protegen la cultura nacional y sus valores.
Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, expresó su «consternación» por la promulgación de esta legislación y afirmó que la contorvertida ley se opone «a la Constitución y los tratados internacionales» y abre vías para que haya «violaciones sistemáticas de los derechos de las personas LGBTIQ+».
La homosexualidad se encuentra penada en Uganda y su nueva ley cuenta con un amplio apoyo de la Opinión Pública
Por increible que parezca, esta controvertida ley cuenta con un enorme apoyo de la opinión pública en Uganda, una nación africana mayoritariamente cristiana y en donde las personas son muy religiosas, por lo que la comunidad LGBTIQ+, sufre de mucha discriminación.
Cabe señalar que la homosexualidad está penalizada en Uganda y en otros 30 países de África, que la ven como un «crimen en contra del orden de la naturalez a».